sábado, 23 de abril de 2011

Pabellón Mies van der Rohe


1929. El Pabellón Alemán de Barcelona
fue diseñado por Ludwig Mies van der Rohe como pabellón nacional de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona en 1929 que se celebró en Montjuïc.

El Pabellón de Barcelona, obra simbólica del Movimiento Moderno, ha sido estudiado e interpretado exhaustivamente al tiempo que ha inspirado la obra de varias generaciones de arquitectos. Fue diseñado por Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969) como pabellón nacional de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Construido con vidrio, travertino y distintas clases de mármol, el Pabellón se concibió para albergar la recepción oficial presidida por el rey Alfonso XIII junto a las autoridades alemanas.

Tras la clausura de la Exposición, el Pabellón fue desmontado en 1930. Con el tiempo se convirtió en un referente clave tanto en la trayectoria de Mies van der Rohe como para el conjunto de la arquitectura del siglo XX. La significación y el reconocimiento del Pabellón llevaron a pensar en su posible reconstrucción.

En 1980, Oriol Bohigas impulsó esta iniciativa desde la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, e Ignasi de Solà-Morales, Cristian Cirici y Fernando Ramos fueron los arquitectos designados para la investigación, el diseño y la dirección de la reconstrucción del Pabellón.

Los trabajos se iniciaron en 1983 y el nuevo edificio se inauguró en 1986 en su localización original.



Materiales
Cristal, acero y cuatro tipos distintos de mármol (travertino romano, mármol verde de los Alpes, mármol verde antiguo de Grecia y ónice doré del Atlas) fueron los materiales utilizados en la reconstrucción. Todos ellos de las mismas características y procedencia que los utilizados inicialmente en 1929.

La originalidad de Mies van der Rohe en el uso de los materiales no radica en la novedad de los mismos sino en el ideal de modernidad que expresaban a través del rigor de su geometría, de la precisión de sus piezas y de la claridad de su montaje.








La silla Barcelona
Mies van der Rohe diseñó, especialmente para el Pabellón, una silla a base de piel y perfil metálico que, con el tiempo, se convirtió en un icono del diseño moderno. Prueba de ello es que la silla Barcelona es un modelo que todavía se produce y comercializa en la actualidad.

 

La escultura de Georg Kolbe

La escultura es una reproducción en bronce de la que con el título de Amanecer realizó Georg Kolbe, artista contemporáneo a Mies van der Rohe. Está magistralmente situada en un extremo del estanque pequeño, en un punto donde no solamente se refleja en el agua sino también en el mármol y en los cristales, dando la sensación de que se multiplica en el espacio y contrastando sus líneas curvas con la pureza geométrica del edificio.






jueves, 10 de febrero de 2011

Garaje con vivienda para el chófer, Utrecht (1927) – Gerrit Th. Rietveld


Este proyecto forma parte de un encargo más amplio que incluía la reforma de la casa del cliente, el médico H. Van de Vuurst de Vries, ubicada en la parte posterior del solar estaba ya ocupado por dos cobertizos y un garaje, que fueron parcialmente demolidos. El nuevo edificio era un anexo a la planta baja del edificio existente y creaba un garaje profundo con dos puertas correderas en la fachada de la calle, cada una de ellas de 3 x 3 m.   La puerta del apartamento situado en la planta superior, destinado al chófer de Van de Vuurst de Vries, estaba situada junto a las puertas del garaje.



El edificio, más o menos cúbico, es uno de los primeros ejemplos holandeses de arquitectura residencial con estructura prefabricada de acero. La estructura está formada por cuatro pórticos sucesivos, cada uno de ellos compuesto por dos pilares y una jácena con riostras triangulares en las esquinas. Los pilares, jácenas y riostras se fabricaron en taller, se numeraron y se montaron en obra para levantar los pórticos. Éstos últimos están separados a intervalos de 3 metros sobre las zapatas de la cimentación, que quedan unidas por zuncho perimetral de hormigón. El uso de una estructura de acero permite que el garaje y el aparcamiento tengan una distribución flexible. Las fachadas están formadas por paneles de hormigón armado de aproximadamente 6 cm de grosor, algunos de ellos tienen saledizos y ranuras y presentan diversos componentes auxiliares, como perfiles en esquina. Las dimensiones de los paneles son 1 x 3, 1 x 2 y 1 x 1 metros. Los paneles longitudinales están montados horizontalmente mediante listones metálicos atornillados a los pilares de acero.  
 




Las dimensiones interiores del edificio también se ajustan a una malla de 1 metro de módulo. La distribución del apartamento se encuentra subordinada al sistema modular general. El lucernario de 2 x 5 x 1 metros es una solución práctica que proporciona luz natural a la cocina y el rellano. El marco del lucernario, como el de las puertas y ventana, es de madera.


Los paneles de hormigón de las fachadas están pintados con spray, utilizando una plantilla que crea un motivo de pequeños puntos blancos sobre un fondo gris antracita. Al observarlos desde lejos, los puntos, que se encuentran muy juntos, se funden y forman líneas verticales paralelas que acentúan la direccionalidad de los paneles. En ciertos lugares, como, por ejemplo, en las fachadas frontal y trasera a la calle, los paneles se orientan en vertical, de tal manera que las líneas discurren también en esa dirección. Los marcos de las puertas y ventanas participan del ritmo y de las dimensiones de la superficie de los paneles de hormigón, los rectángulos alternativamente abiertos y ciegos y las franjas horizontales y verticales rompen la rigidez y la monotonía inherente al sistema modular. Rietveld pretendía que el edificio tuviese un tabique interior hueco de piedra pómez. El proyecto muestra una cámara de unos 6cm entre el tabique interior y los paneles de hormigón. Sin embrago, los inspectores municipales les insistieron en la utilización de un tabique interior de ladrillo fijado directamente a los paneles de hormigón sin cámara alguna. De hecho, se construyó una pared de ladrillo pegada a la superficie interior de los paneles de hormigón, aunque se omitieron los anclajes exigidos. En lo que se refiere a la impermeabilización y al aislamiento térmico, el edificio está mal resuelto.

  
 



Aunque el sistema constructivo escogido por Rietveld no planteaba problemas, los defectos de ejecución produjeron un efecto desastroso. El cliente apodó a la vivienda “el colador”, debido a las continuas goteras, y decidió tomar medidas drásticas. Poco de después de que terminara el edificio, se aplicó una capa impermiable en la fachada y se amplió la cubierta para añadir una cornisa que, claramente, destrozaba la forma cúbica del edificio. Estos cambios restaron espectacularidad  a la imagen del proyecto. El efecto que Rietveld esperaba conseguir, incluso más acentuado que en la casa Rietveld-Schröder, era el de una arquitectura de sistemas y materiales modernos: una estructura construida totalmente con módulos estándar que, aparentemente, permitían variaciones infinitas.